El británico, que juega con una cadera de metal, agota los cinco sets ante Thanasi Kokkinakis como en la ronda anterior con Matteo Berrettini
Andy Murray es un súper hombre. El tenista que en 2019 viajó a Australia para despedirse del tenis sigue jugando y acaba de firmar la madrugada del viernes en Melbourne uno de los partidos que pasarán a la historia del torneo.
En la Margaret Court Arena, la segunda pista en importancia del Melbourne Park, el escocés ha superado a Thanasi Kokkinakis tras remontarle dos sets y cerrar un resultado de 4-6, 6-7(4), 7-6(5), 6-3 y 7-5.
Las 5 horas y 45 minutos le convierten en el segundo duelo más largo de la historia del Abierto, sólo superado por la final de 2012 entre Rafael Nadal y Novak Djokovic. El reloj se paró a las 5:53 minutos. Nunca antes Murray había estado tanto tiempo en pista en sus 952 compromisos anteriores.
El partido se definió a las 4:05 de la madrugada en la capital de Victoria y es el tercero que más tarde ha terminado después del Alexander Zverev-Jenson Brooksby de Acapulco 2022, que acabó a las 4:55, y el Lleyton Hewitt-Marcos Baghdatis, que tuvo un ganador a las 4:34.
“Es increíble haber sido capaz de remontar un resultado así. Lo único que puedo decir es que tengo un gran corazón”, decía el vencedor a la conclusión.
A sus 35 años, y después de una doble operación en la cadera para seguir en el circuito, Andy firma su segunda victoria de la semana a cinco sets. Esa hazaña sólo la había conseguido en Roland Garros 2016. Es el tenista dentro de la Era Open que más veces ha remontado un 0-2 adverso en sets con un total de 11 ocasiones.
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