El estudio, a cargo de expertos del Instituto Yeutter de UN en Lincoln junto con el Fondo Carnegie para la Paz Internacional, encontró que la mayoría de los encuestados en los estados mencionados favorece una agilización de los trámites inmigratorios para permitir la llegada de inmigrantes que trabajen en puestos que los ciudadanos o residentes legales dejan vacantes.
Sin embargo, existe una diferencia entre Nebraska y los otros dos estados: aunque en todos los casos el respaldo a inmigración fue similar, los encuestados en Nebraska hablaron con mayor frecuencia y convicción a favor de los inmigrantes que los encuestados en Colorado y en Ohio.
La razón, explica el reporte, es que “la pérdida de población en las zonas rurales de Nebraska hace que esas áreas dependan más en la llegada de inmigrantes internacionales para compensar la falta de trabajadores locales y la disminución de la población”.
El sondeo también encontró que los habitantes de Lincoln y de Omaha (las dos ciudades más populosas de Nebraska) se sienten “orgullosos” de tener más refugiados por persona que cualquier otra área metropolitana en Estados Unidos.
A la vez, Colorado, Nebraska y Ohio estuvieron de acuerdo en dos temas: oponerse a la inmigración ilegal y a las llamadas “fronteras abiertas”, y en aceptar “los desafíos culturales que invariablemente surgen por la llegada de poblaciones de inmigrantes y refugiados”, especialmente a zonas rurales tradicionalmente más culturalmente conservadoras que las ciudades.
A pesar del creciente desempleo en esos tres estados creado por la pandemia del coronavirus, los inmigrantes todavía son necesarios para trabajos de agricultura y de ganadería, dice el reporte, porque los ‘millennials’ no están interesados en esos trabajos, la edad promedio de los trabajadores en zonas rurales es relativamente alta, y desde 2010 se ha incrementado el éxodo de habitantes desde esas áreas hacia las ciudades.
Principalmente en Nebraska, pero también en Colorado y en Ohio, los residentes “ven a las familias inmigrantes como la manera de hacer crecer la población y, así, la manera de mantener o hacer crecer los negocios y las escuelas”, indica el informe.
Aún más, “algunas comunidades habrían muerto y serían ciudades fantasma desde hace mucho tiempo si no hubiese sido por el influjo de inmigrantes”. Y ese fenómeno no se limitó sólo a zonas rurales.
Por ejemplo, durante la última década, en Lincoln el índice de diversidad (es decir, habitantes no blancos) pasó del 24.4% al 31.8%. Y esa tendencia continuará mientras los inmigrantes sean quienes completen la fuerza laboral faltante.
“Para muchos de los entrevistados, la diversidad será una fuente de fortaleza, aunque otros dijeron que habrá conversaciones difíciles sobre raza, cultura e identidad”, dice el reporte.
Otro tema de interés en los tres estados es el cambio climático, pero, mientras en Colorado combatir el cambio climático es una prioridad, no lo es ni en Nebraska ni en Ohio.