Un potente terremoto que estremeció la frontera entre Irán e Irak a última hora de este domingo dejó 328 muertos y más de 2,500 heridos solo en Irán, dijo el lunes la agencia estatal de noticias de la República Islámica.
El sismo causó al menos siete fallecidos y 321 heridos en Irak, todos en la región semiautónoma kurda, en el norte del país, según el Ministerio del Interior de Bagdad.
La mayoría de los muertos se registraron en la localidad de Sarpol-e-Zahab, en la provincia iraní de Kermanshah, explicó la agencia IRNA.
El epicentro de movimiento telúrico, de magnitud 7.3, estuvo a 19 millas de Halabja, ciudad situada en el este de Irak, según las últimas mediciones del Servicio Geológico de Estados Unidos. Se localizó a una profundidad de 14.4 millas, lo que podría provocar amplios daños. Los temblores de magnitud 7 pueden causar daños generalizados y graves.
El terremoto llegó a sentirse en la costa del Mar Mediterráneo. Los peores daños parecían haberse dado en Kermanshah, una provincia del oeste de Irán ubicada en los montes Zagros que separan los dos países. Los residentes de esa zona rural viven fundamentalmente de la agricultura.
Más de 100 réplicas siguieron al temblor principal. La televisora estatal iraní reportó un incremento en el número de víctimas mortales a primera hora del lunes y dijo que las labores de rescate, que continuaron durante la noche, se acelerarían de día. El Ministerio de Sanidad iraní elevó la cifra de heridos a más de 2.500 personas, según reportó la agencial de noticias ISNA.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, ofreció sus condolencias el lunes por la mañana e instó a los rescatistas y a todas las agencias gubernamentales a hacen todo lo posible para ayudar a los afectados, de acuerdo con reportes de los medios estatales.
Las autoridades anunciaron que las escuelas en las provincias de Kermanshah e Ilam permanecerían cerradas el lunes.
En Irak, Haider al-Abadi, primer ministro, emitió una directiva para que los equipos defensa civil e “instituciones relacionadas” respondan al desastre natural.
Irán es una zona vulnerable a los sismos debido a su ubicación sobre varias fallas sísmicas importantes. En 2003, un terremoto de magnitud 6.6 destruyó la histórica ciudad de Bam y provocó la muerte de 26,000 personas.