Por Indira Zaldivar
El presidente Joe Biden anunció el martes nuevas acciones ejecutivas para limitar el aumento de migrantes que cruzan ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos, estableciendo nuevos umbrales para aquellos que buscan asilo.
Biden explicó desde la Casa Blanca que estas medidas buscan lograr una reforma migratoria que los legisladores no han podido concretar. Rodeado por varios funcionarios, incluyendo al Secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas
“He venido aquí hoy para hacer lo que los republicanos en el Congreso se niegan a hacer: tomar las medidas necesarias para asegurar nuestra frontera”.
La decisión llega mientras Biden enfrenta desafíos políticos en inmigración durante la campaña de 2024 y a pocas semanas de debatir con el expresidente Donald Trump.
Estas acciones representan un cambio de política para Biden, quien había dicho anteriormente que había “hecho todo lo que podía hacer” unilateralmente en la frontera. Las nuevas medidas establecerán una regla que rechazará a los migrantes que crucen ilegalmente entre los puntos de entrada y traten de reclamar asilo después de siete días consecutivos con más de 2,500 encuentros. Ese límite se levantará solo si hay 14 días de encuentros con 1,500 o menos, según funcionarios de la administración.
Biden afirmó que los migrantes que no utilicen las vías legales serán restringidos de recibir asilo y permanecer en Estados Unidos. La nueva regla comenzará a aplicarse a partir de la medianoche, aunque se espera que enfrente desafíos legales rápidos, con la Unión Americana de Libertades Civiles planeando llevar a la administración a los tribunales.
Los republicanos han estado presionando a Biden para que use el poder ejecutivo para hacer cambios en la frontera, pero criticaron duramente las nuevas acciones antes de su anuncio. El presidente de la Cámara, Mike Johnson, las calificó de “débiles” y afirmó que si Biden estuviera preocupado por la frontera, habría tomado estas medidas hace mucho tiempo. En el Senado, los republicanos ofrecieron una respuesta similar, con el senador de Texas John Cornyn describiendo la medida como un “juego de trileros” impulsado por la proximidad de las elecciones y los bajos números en las encuestas.
La Casa Blanca, por su parte, criticó a los republicanos por bloquear un proyecto de ley bipartidista que incluía reformas más amplias de inmigración y seguridad fronteriza. Según Andrew Bates, subsecretario de prensa, los republicanos han bloqueado la legislación de seguridad fronteriza más dura y justa de la historia moderna.
No todos los demócratas apoyan las nuevas acciones. Algunos, como la representante Pramila Jayapal, expresaron su preocupación de que la orden ejecutiva confunda el mensaje sobre lo que defienden. Otros, como la representante Nanette Barragán, presidenta del Caucus Hispano del Congreso, calificaron la medida de “error” y sugirieron que debería ir acompañada de acciones positivas y protecciones para los indocumentados que han estado en el país durante mucho tiempo.
En sus comentarios, Biden también destacó las diferencias entre su enfoque de la inmigración y el de Trump, asegurando que nunca demonizará a los inmigrantes ni los separará de sus familias en la frontera. Concluyó enfatizando que no hacer nada no es una opción y que es necesario actuar.