Un jurado en Miami declaró este martes al actor mexicano Pablo Lyle culpable de homicidio involuntario por la muerte de un hombre de 63 años.
El caso se remonta a 2019, cuando el actor propinó un puñetazo durante un altercado de tráfico a Juan Ricardo Hernández, quien murió días después a causa de un traumatismo en la cabeza.
El actor, conocido por su participación en telenovelas como “Adorable maldición”, podría enfrentar una sentencia de hasta 15 años de prisión. Un juez habrá de dictar su resolución en una audiencia posterior.
El jurado estuvo compuesto por 6 personas y llegó al veredicto luego de un día de deliberaciones. La defensa del actor, quien no ejerció su derecho a testificar en la audiencia de alegatos finales, sostuvo que Lyle actuó para protegerse y solicitó la desestimación del caso bajo la ley de defensa propia del estado de Flor.
Pero la fiscal Gabriela Alfaro convenció a los miembros del jurado.
En sus alegatos finales repitió las palabras que Hernández habría dicho antes de caer mortalmente al suelo: “Por favor, no me hagas daño”.
Las reacciones en el juicio
El final del juicio, iniciado el 20 de septiembre, tuvo una amplia cobertura en los medios en español en EE.UU., que transmitieron en directo la audiencia de este martes.
Vestido en un traje azul, Lyle se mantuvo serio mientras escuchaba el veredicto de culpabilidad y a la jueza Marisa Tinkler Mendez ordenar su detención.
El actor había permanecido bajo arresto domiciliario hasta este martes.
Antes de ser esposado y conducido a prisión, se despidió de su esposa, Ana Araujo, y otros familiares con besos y abrazos.
Mercedes Arce, la prometida de Juan Ricardo Hernández, rompió en llanto al escuchar el veredicto. Varios familiares del fallecido estuvieron presentes en la audiencia.
En sus argumentos finales, la fiscal Alfaro dijo el lunes que lo ocurrido no fue una escena de telenovela, sino algo real.
Expuso que el día del altercado Lyle sintió ira y que no estaba en una posición de defenderse a él mismo o a su familia.
“Ese golpe que le dio el señor Lyle hizo que la víctima cayera hacia atrás para golpearse la cabeza y abrirse el cráneo, heridas que causaron su muerte”, dijo la fiscal.
Pero la esposa de Lyle declaró durante el juico que ella y sus hijos sísintieron temor de Hernández:
“Venía pitándonos muy fuerte todo el camino, hasta que nos detuvimos y comencé escuchar a un señor gritando e insultando”.
El forense testificó que Hernández sufrió una hemorragia en la parte frontal y posterior de la cabeza, producto del golpe que le propinó Lyle y de la caída tras perder el equilibrio.
¿Qué pasó el día del altercado?
El 31 de marzo de 2019, Pablo Lyle terminaba unas vacaciones de 10 días en Miami y se dirigía al aeropuerto con su familia en un auto conducido por su cuñado, Lucas Delfino.
De manera paralela, Juan Ricardo Hernández, un cubano de 63 años, conducía su vehículo por la misma avenida del norte de Miami cuando al parecer Delfino tomó una salida equivocada y le cerró el paso, metiéndose en su carril y quedando su auto delante.
Aprovechando un semáforo en rojo, Hernández se bajó de su vehículo y fue a increpar a Delfino. Este salió del auto para discutir con Hernández, pero su vehículo empezó a rodar hacia la intersección de la calle, así que corrió a subirse de nuevo para detenerlo.
Hernández caminó entónces de regreso a su auto, pero Pablo Lyle, quien iba como copiloto con Delfino, se bajó del auto y corrió hacia donde estaba el hombre.
Le propinó un puñetazo en la cara y regresó a su auto. Hernández cayó al piso y el auto conducido por Delfino siguió su camino.
Cuatro días después del incidente, Hernandez falleció en un hospital a causa de un trauma craneoencefálico.
¿Qué pruebas había?
La prueba más notoria fue un video, capturado por una cámara de seguridad de una gasolinera ubicada en frente del semáforo en el que ocurrieron los hechos.
En el video se ve lo que ocurrió y por eso es posible describir en detalle la cronología del incidente.
La fiscalía citó a una testigo que se encontraba dentro de su auto en la misma intersección.
Declaró que vio a Pablo Lyle “correr con agresión y los puños cerrados”.
La testigo afirmó que Lyle le dio el golpe a Hernandez después de que este “levantara sus manos para protegerse y gritara en español ‘No, no, por favor no me pegues'”.
La defensa, por su parte, ha alegado ciertas inconsistencias en ese relato de la testigo.
La defensa del actor
Según el acta del arresto, Lyle afirmó que Hernández alzó las manos cuando se acercó a él, por lo que su reacción se debió a que “creyó que la víctima lo iba a atacar primero” y actuó en defensa propia.
Durante la primera intervención del actor en el juicio, este afirmó que cuando estaba en el auto escuchó un golpe fuerte en la ventana del vehículo y a Hernández gritando insultos: “¿Está loco, es idiota, estúpido?”, por lo que todos en el auto saltaron de sorpresa, “fue algo inesperado” y estaba “realmente asustado”.
Relató cómo la situación empeoró cuando Delfino salió del auto. Por eso él intentó salir también para “evitar o hacer algo, porque estaba mi família ahí”, pero el auto empezó a rodar hacia la intersección.
Contó, con la voz entrecortada, cómo intentó detener el auto sin éxito en medio del pánico y pensando que “iba a perder a mi familia”.
El principal argumento de la defensa fue que el actor se defendió instintivamente y protegió a su familia de lo que consideró un ataque violento.