El Consejo Estatal de Protección Civil informó que no se registraron grandes afectaciones a la infraestructura de carreteras ni pérdidas humanas, solo se tienen árboles caídos, postes, desprendimientos de techos de lamina, crecientes en arroyos e inundaciones.
El huracán “Pamela”, categoría uno, que tocó tierra en la parte sur del estado dejo sin servicio eléctrico a pobladores de cuatro municipios, interrumpió el tránsito de la maxipista Mazatlán-Durango por la caída de un talud, provocó la caída de árboles, estructuras, palmeras, techos de restaurantes, casas de madera e inundaciones y paralizó el transporte aéreo.
La fuerza del fenómeno natural, que entró a tierra por el municipio de San Ignacio y se degrado a tormenta tropical, tuvo vientos de hasta 120 kilómetros por hora y fuertes lluvias, por lo que en Mazatlán 260 personas fueron evacuadas por inundaciones en los sectores de Jacarandas, Toreo, López Mateo y Sánchez Celis donde el agua subió medio metro.
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El Consejo Estatal de Protección Civil informó que no se registraron grandes afectaciones a la infraestructura de carreteras ni pérdidas humanas, solo se tienen árboles caídos, postes, desprendimientos de techos de lamina, crecientes en arroyos e inundaciones.
Se hizo notar que con las medidas de prevención que se asumieron 48 horas de anticipación que se tomaron en el seno del Consejo Estatal de Protección Civil que presidió el gobernador Quirino Ordaz Coppel y la coordinadora Nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, los efectos de “Pamela” fueron mínimos.
El huracán categoría uno generó lluvias de 138 milímetros principalmente en Mazatlán, donde se tuvo viviendas inundadas, caída de árboles, vidrios quebrados de negocios y edificios, postes de energía eléctrica derribados, desprendimientos de techos de tabla roca, entre otros.
Pobladores del medio rural y urbano de los municipios de Cosala, Elota, San Ignacio y Mazatlán sufrieron durante la madrugada la suspensión del suministro de energía eléctrica, al caer varias líneas de conducción y postes por la fuerza del viento que alcanzó los 120 kilómetros por hora.
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Los aeropuertos de Culiacán y Mazatlán se mantuvieron durante la mañana cerrados a los vuelos comerciales y privados y el puerto, canceló la navegación a toda clase de embarcaciones, cuyo oleaje alcanzó hasta seis metros de altura.
El centro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes notificó el cierre temporal del tránsito en la maxipista Mazatlán-Durango a causa de deslaves y derrumbes sobre la carpeta asfáltica a causa de las fuertes lluvias que arrastró el fenómeno natural, en el tramo de Villa Unión-Lázaro Cárdenas.