Los Angeles – Clayton Kershaw no se derritió y como un tempano de hielo estuvo firme durante su debut en la Serie Mundial, y su estupenda faena guio el martes a los Dodgers de Los Ángeles hacia una victoria por 3-1 sobre los Astros de Houston, en el primer juego del Clásico de Otoño.
Cual anfitrión de gala Kershaw debió cambiar su jersey para continuar con su majestuosa actuación que congeló el bateo de los Astros, con lo que siguió olvidándose de la mala fortuna que había tenido en sus años anteriores durante los playoffs.
El as había esperado toda su carrera para que llegara este momento. Y una vez que subió a la lomita para su primer encuentro de Serie Mundial, lució como un digno heredero de Sandy Koufax, Orel Hershiser y todos los grandes pitchers en la historia de los Dodgers.
Galardonado tres veces con el Cy Young, Kershaw propinó 11 ponches, la mayor cantidad de un pitcher en un primer juego de la Serie Mundial desde 1968. El único descuido de Kershaw derivó en un jonrón de Alex Bregman que empató la pizarra 1-1 en el cuarto inning.
Brandon Morrow resolvió a la perfección el octavo inning, en tanto que Kenley Jansen retiró en orden a los Astros en el noveno para acreditarse el salvamento, coronando una faena combinada de tan sólo tres inatrapables.
Para este segundo juego a disputarse hoy miércoles 25 de octubre, Justin Verlander, el Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana, subirá a la lomita por los Astros, para enfrentar al zurdo Rich Hill.