La crisis en la frontera entre Estados Unidos y México continúa, con una oleada de migrantes que abruma a las autoridades, los pueblos fronterizos y otras ciudades estadounidenses. Aquí te contamos algunos de los últimos desarrollos.
Los cruces fronterizos en diciembre alcanzan récord, según cifras preliminares
Las autoridades fronterizas registraron más de 225.000 migrantes a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México en diciembre, lo que representa el total mensual más alto registrado desde el año 2000, según estadísticas preliminares de Seguridad Nacional compartidas con CNN.
Este mes, los funcionarios del Gobierno de Biden lidiaron con una nueva oleada de migrantes que superó los recursos ya escasos y provocó conversaciones urgentes con funcionarios mexicanos para tratar de detener el flujo de migrantes.
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Entre el 1 de diciembre y el 28 de diciembre, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos detuvo a más de 225.000 migrantes que cruzaron ilegalmente la frontera entre EE.UU. y México, según muestran datos preliminares. A lo largo del mes, las autoridades lidiaron con más de 10.000 migrantes que cruzaban diariamente hasta hace poco, cuando esas cifras comenzaron a disminuir.
Los funcionarios estadounidenses y mexicanos se reunirán nuevamente en Washington el próximo mes mientras intentan reducir los cruces fronterizos en el corto y largo plazo.
Uno de los desafíos clave de los últimos meses es que múltiples sectores, especialmente aquellos en áreas remotas, están sintiendo la presión del aumento de los cruces fronterizos, lo que afecta el procesamiento habitual.
La crisis migratoria podría “aplastar las economías locales”
Incluso las ciudades estadounidenses alejadas de la frontera con México están llegando a un punto de quiebre al tratar de gestionar la afluencia de inmigrantes, dijeron varios alcaldes a CNN el viernes.
Desde el año pasado, el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, ha transportado en autobús a más de 80.000 inmigrantes a ciudades de todo el país, según su oficina. Esas ciudades incluyen Los Ángeles, Denver, Chicago, Filadelfia, Nueva York y Washington, todas ellas dirigidas por alcaldes demócratas.
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“La crisis internacional que estamos experimentando en este momento está siendo subsidiada por las economías locales”, dijo el viernes el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, a “CNN This Morning”.
“Eso no es sostenible, y es por eso que necesitamos que el Congreso realmente tenga asignaciones para asegurar que lo que reciban los refugiados de Ucrania, tenemos que preguntarnos… ¿por qué no se brindan esos mismos servicios de apoyo a las personas que vienen del continente de Ucrania? ¿África y América Central y del Sur?”
El sistema de albergues para inmigrantes en Chicago ha alcanzado su capacidad, dijo el alcalde. Y sin una solución coordinada, la crisis migratoria “aplastará las economías locales”, afirmó Johnson.
Se espera que Denver gaste alrededor del 10% de todo el presupuesto de su ciudad en alojamiento y ayuda para inmigrantes el próximo año, de acuerdo con el alcalde Mike Johnston.
La ciudad de Nueva York ha recibido más de 161.000 inmigrantes desde 2022, y la afluencia probablemente costará unos US$ 12.000 millones en tres años, dijo el alcalde Eric Adams.
“Esta crisis nacional está impactando –y tiene el potencial de desestabilizar– las obligaciones financieras que tenemos en nuestras ciudades”, dijo Adams.
Aseguró que la ciudad de Nueva York podría llegar a un “punto de quiebre”, que podría incluir recortes forzosos en los programas escolares, el Departamento de Policía, la recolección de basura y los recursos para las personas mayores.
“Todas las agencias y la prestación de servicios en mi ciudad se verán drásticamente afectadas por las acciones de pagar la cuenta de US$ 5.000 millones este año fiscal, US$ 12.000 millones en tres años”, dijo Adams.
La oficina de Abbott ha defendido la práctica de Texas de transportar inmigrantes en autobuses a otros estados, diciendo que “la misión de transporte en autobús está brindando un alivio muy necesario a nuestras abrumadas comunidades fronterizas”.
En cuanto al Gobierno federal, la administración Biden ha reconocido las solicitudes de algunos alcaldes para ayudar a aliviar la crisis de alojamiento y agilizar la autorización de trabajo para los no ciudadanos elegibles.
El Departamento de Justicia dice que demandará a Texas por su nueva ley
El Departamento de Justicia amenazó con demandar a Texas por su nueva ley de inmigración en una carta este jueves, según una copia de la carta obtenida por CNN. La amenaza marca la última escalada entre el presidente Joe Biden y el gobernador republicano Greg Abbott sobre el manejo de la frontera entre Estados Unidos y México.
A principios de este mes, Abbott promulgó el Proyecto de Ley 4 del Senado, que otorga a las autoridades locales el poder de arrestar a migrantes y faculta a los jueces para expulsar a inmigrantes de Estados Unidos. Se espera que la medida entre en vigor en marzo.
La Casa Blanca criticó la nueva ley, calificándola de “increíblemente extrema”.
En una carta a Abbott, el Departamento de Justicia argumentó que la medida “se adelanta y viola la Constitución de Estados Unidos” y corre el riesgo de interferir con la capacidad del gobierno federal para hacer cumplir la ley de inmigración.
“En consecuencia, Estados Unidos tiene la intención de presentar una demanda para prohibir la aplicación de la SB 4 a menos que Texas acepte abstenerse de hacer cumplir la ley”, afirma la carta, firmada por el fiscal general adjunto principal Brian Boynton. “Estados Unidos está comprometido a asegurar la frontera y garantizar el procesamiento de los no ciudadanos de conformidad con la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA). La SB 4 es contraria a estos objetivos”.
Abbott criticó la carta del Departamento de Justicia más tarde el jueves y acusó al presidente Joe Biden de “destruir Estados Unidos”.
“La administración Biden no solo se niega a hacer cumplir las leyes de inmigración estadounidenses actuales, sino que ahora quiere impedir que Texas haga cumplir las leyes contra la inmigración ilegal”, dijo Abbott en una publicación en X. “Nunca había visto tanta hostilidad hacia el Estado de derecho en Estados Unidos”.
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La amenaza legal del jueves se produce después de que el Departamento de Justicia demandara a Texas por el uso de barreras flotantes en el Río Grande. Esa demanda todavía está transitando por los tribunales.
7,000 detenciones en un día marcan un descenso
Las autoridades fronterizas detuvieron este miércoles a más de 7,000 migrantes a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, según un funcionario de Seguridad Nacional.
Los arrestos del miércoles siguen siendo inferiores a los de principios de este mes (cuando las detenciones diarias superaron las 10.000) y reflejan cierto alivio para las autoridades fronterizas. Ha habido una “reducción bastante significativa de los cruces fronterizos” en los últimos días, dijo el miércoles un alto funcionario de la administración.
A principios de diciembre, el promedio de encuentros diarios de siete días rondaba los 9.600, un salto desde finales de noviembre, cuando ese promedio era de 6.800.
Funcionarios estadounidenses y mexicanos describieron las conversaciones de alto nivel del miércoles como “productivas”, a medida que México intenta redoblar esfuerzos en materia de control de inmigración y combatir a los traficantes de personas.
Alrededor de 2.000 arrestos fronterizos tuvieron lugar el miércoles en el sector de Del Río, según una fuente policial.
La misma fuente dijo que el total de detenciones del lunes fue de aproximadamente 2.000, una caída con respecto al promedio diario de 3.000 detenciones de migrantes de la semana pasada.
El sector de Del Río incluye Eagle Pass, Texas, que tenía miles de migrantes esperando afuera para ser transportados para el procesamiento de inmigración la semana pasada.
Funcionarios mexicanos visitarán Washington
Funcionarios mexicanos y estadounidenses se reunirán en Washington el próximo mes para discutir cómo frenar la afluencia de inmigrantes a Estados Unidos, según el Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU.
La visita se producirá después de la visita de la delegación estadounidense de alto nivel de esta semana a la Ciudad de México, que incluyó al secretario de Estado, Antony Blinken, y al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional calificó el viaje de “productivo” y dijo que el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador “ha tomado nuevas e importantes medidas de aplicación de la ley” en lo que respecta a la migración.
La secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, dijo a los periodistas que las conversaciones también cubrieron la importancia de la relación económica entre Estados Unidos y México, así como las causas fundamentales de la migración, como la pobreza, la desigualdad, la violencia y la reunificación familiar, según una grabación proporcionada a CNN por la cancillería de México.
Los funcionarios estadounidenses dijeron que México compartía planes para combatir a los traficantes de migrantes, lo que está contribuyendo al reciente aumento en la frontera.
México también ha asumido un papel de liderazgo en “llevar a cabo una gestión fronteriza humana, incluidas las repatriaciones”, dijo un alto funcionario de la administración estadounidense, y que este año se llevaron a cabo más repatriaciones que nunca.
Históricamente, Estados Unidos se ha apoyado en México para que actúe como amortiguador y detenga el flujo de migrantes que viajan hacia la frontera sur de Estados Unidos. Pero México, al igual que Estados Unidos, enfrenta dificultades similares a medida que el número de migrantes que cruzan hacia su país supera sus limitados recursos.
Muchos migrantes que vienen del lado mexicano de la frontera son de América Central y del Sur, así como del Caribe, Cuba y Haití.
La inmigración ha sido una vulnerabilidad política para Biden, quien ha enfrentado feroces críticas de los republicanos e, incluso, de algunos miembros de su propio partido por la situación en la frontera entre Estados Unidos y México.
Los funcionarios estadounidenses reconocen que ambos países deben trabajar más.
“Continuamos abordando las causas fundamentales y construyendo vías legales que incentiven la migración ordenada y la aplicación de nuestras leyes”, dijo un funcionario del Consejo de Seguridad Nacional.
Las reuniones de enero “evaluarán el progreso y decidirán qué más se puede hacer”, dijo el funcionario del Consejo de Seguridad Nacional.
(CNN) —