El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó hoy a China, donde presionará al gigante asiático en materia de comercio y sobre Corea del Norte durante una visita de dos días en la que alternará los cumplidos y los reproches a la emergente potencia.
Los asesores de la Casa Blanca ven la visita de Trump a China como la pieza central de su larga gira por la región. El presidente llegó acompañado de su esposa Melania, a Pekín, para llevar a cabo una visita de Estado a China con miras a mejorar los lazos entre las dos potencias mundiales.
El avión Air Force One aterrizó en la Terminal 3 del aeropuerto pequinés pasadas las 2:35 p.m. hora local, donde el mandatario fue recibido por autoridades del régimen comunista, una guardia de honor del Ejército de Liberación Popular y niños con banderas de ambos países.
Horas antes de llegar a Beijing, Trump aprovechó un discurso ante la Asamblea Nacional de Corea del Sur para enviar un mensaje firme a China.
En su comparecencia, pidió a Beijing retirar su apoyo a Corea del Norte, que tiene en China su mayor socio comercial. Trump instó a “todas las naciones responsables” a unirse y dejar de apoyar a Corea del Norte.
“Ustedes no pueden apoyar, no pueden proveer, no pueden aceptar”, afirmó, pidiendo a “todas las naciones, incluidas China y Rusia” que apliquen por completo las resoluciones recientes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Corea del Norte.
Se espera que Trump pida a China que reduzca sus relaciones con Pyongyang y expulse a los trabajadores norcoreanos. Trump ha elogiado a China por tomar algunas medidas contra Corea del Norte, pero les instó a hacer más porque miembros del gobierno estadounidenses creen que la frontera entre ambos países sigue siendo un corredor comercial.
La Casa Blanca apuesta a la relación personal de Trump con Xi para impulsar las negociaciones. Trump ha elogiado a menudo a Xi, que hace poco se convirtió en el líder chino más poderoso en varias décadas.
“Es un hombre poderoso. Creo que es muy buena persona. Eso dicho, representa a China, yo represento a Estados Unidos, de modo que, ya saben, siempre habrá conflicto”, dijo hace poco Trump a Fox Business Network. “La gente dice que tenemos la mejor relación de cualquier presidente-presidente, porque a él también lo llaman presidente. Ahora algunas personas podrían llamarle rey de China. Pero se le llama presidente”.
Trump y su esposa, Melania Trump, fueron recibidos en el aeropuerto por niños que daban saltos y ondeaban banderas de los dos países. Más tarde tomaron el té con Xi y su esposa, Peng Liyuan, e hicieron una visita privada a la Ciudad Prohibida, el antiguo palacio imperial de Beijing, antes de la cena.
“Trump sigue mostrando su relación con Xi como de grandes amigos, pero eso es muy ingenuo”, dijo Mike Chinoy, experto en política de Asia Oriental en el U.S.-China Institute en la Universidad del Sur de California. “Los chinos han descubierto cómo manipular a Trump: halagarle. Y no hay nada que los chinos hagan mejor que impresionar a diplomáticos extranjeros”.
Durante su campaña, Trump habló con dureza sobre mejorar las relaciónes comerciales con China y catalogó al país de “manipulador de divisas”. Pero ha expresado que será más cordial con Beijing si recibe ayuda con la amenaza nuclear de Corea del Norte.